martes, 23 de mayo de 2017

ZIPEROVICH, ROSA DOCENTE( 1913- 1995)

Por Matías Loja


El Compromiso cotidiano

Siempre joven lucía la maestra Rosita Ziperovich. Porque cuando los ideales por una escuela pública se sostienen con el ejemplo cotidiano del compromiso con mayúsculas, un legado como el de esta educadora nunca llega a marchitarse. Sobre la base de una vida coherente entre lo que postula­ba y su praxis en la educación, supo transmitir a quienes la conocieron su pasión por la mejora de la enseñanza con la militancia política y social.

Hija de inmigrantes judíos, nació en la localidad santafesina de Moisés Ville el 18 de mayo de 1913. en una familia donde el valor de la cultura y la lectura cumplía un rol destacado.
Con 17 años recibe el título de maestra en la Escuela Normal Domingo de Oro, de Rafaela, donde la regente de la institución era Olga Cossettini. Las escuelas Ne 462 de Moisés Ville y la 262 de Monje constituyeron sus primeros pasos en la docencia. Experiencia que continuó en distintos establecimientos de la provin­cia, hasta acceder a la vicedirección de la Escuela Almafuerte.
Una nueva mirada sobre la educación, sobre todo en cuanto a la enseñanza de la matemática, la influencia de la corriente de la Escuela Nueva europea y la lectu­ra de autores que proponían una óptica renovadora del aprendizaje nutrieron la formación pedagógica de Rosita.
Las cesantías fueron también parte de la trayectoria de la maestra, como las que sufriera en 1937, entre 1950 y 1956, y ya como supervisora de escuelas en 1976.
Pero junto a su sólida carrera dentro del sistema educativo, en la vida de Ro­sita no puede soslayarse su compromiso gremial. Desde miembro fundante del Círculo de Maestros en Moisés Ville en la década del 30 hasta su tarea en el Sin­dicato de Trabajadores de la Educación de Rosario, bregó por una mejora de la ca­lidad educativa y mayores oportunidades para todos desde una intensa actividad junto a los docentes que, en más de una oportunidad, la eligieron como represen­tante. Su último cargo fue el de secretaria de cultura de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé).
Su perfil pedagógico se complemen­ta con investigaciones y publicaciones en el campo de la matemática moderna, aportes que la llevaron a exponer* intercambiar experiencias en distintos encuentros latinoamericanos.
Hacedora de proyectos innovadores enseñanza, su testimonio fue en todo sentido una vida maestra para la comunidad. Ciudadana ilustre de Rosario en 1995 decide aceptar el ofrecimiento del Frente Grande para integrar la lista de candidatos para la Asamblea que se preparaba para reformar la Constitución en i994.
Bibliotecas, calles e instituciones educativas llevan hoy el nombre de la educadora, fallecida el 15 de noviembre de 1995. La incansable docente que siempre estaba dispuesta a aprender y escucha para nutrirse con nuevos conocimientos y proyectos. Con la misma humildad que la encontró a mediados de los 80 haciendo la cola para ingresar a la flamante carrera de ciencias de la educación.  donde finalmente fue profesora. Rosita a la eterna maestra que educaba con su ejemplo joven de vida, quería seguir aprendiendo. Y todavía hoy nos sigue enseñando.
Fuente: Extraído de la Revista del diario “ La Capital de los 140 aniversarios” . De 2007