viernes, 22 de abril de 2016

DEL CHAMAME AL PASODOBLE

Los primeros "chispazos”
La década del 30 se inicia en Rosario con un panorama folkló­rico no muy distinto del que podía constatarse en Buenos Ai­res y otras grandes ciudades, donde recién comenzaban a valorarse y a popularizarse los géneros musicales de aquel origen. Para ello sería de­cisiva la embajada santiagueña que Andrés Chazarreta llevara a la Ca­pital Federal y gracias a la cual los argentinos descubrirían la agreste pe­ro entrañable hondura de vidalas, zambas, ga­tos y chacareras.
En Rosario, el folklo­re de la época llegaba, en cambio, de la mano de elencos como el exi­toso Chispazos de tra­dición, que en 1931 pone sobre los escenarios locales a cerca de 25 artistas entre los que se cuentan cantantes, zapateadores y una "orques­ta típica norteña", que participan de las obras que hicieron la popula­ridad del grupo dirigido por González Pulido. Dos años después, en abril de 1933, en el Cine Teatro La Bolsa, de San Lorenzo al 1200, luego Cine Broadway, la novedad correspondería a un cantor que ini­ciara su carrera -justamente- con temas folklóricos: Carlos Gardel.
Fuente: Extraído de la colección “Vida Cotidiana – Rosario ( 1930-1960) Editada por diario la “La Capital