martes, 29 de septiembre de 2015

DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 1926. PRIMER PARTIDO EN ARROYITO



Mitologías también admiten casualidades

Como quedó dicho, durante 1925 y 1926, y ante la falta de un terreno propio, Rosario Central disputaba los partidos de local en la cancha que alquilaba al Club Bolsa de Comercio. Pero cuando le tocó jugar con Newell’s  por la Copa Vila de Primera División de 1926, que organizaba la Liga Rosarina de Fútbol, la cancha de calle Ov. Lagos se podía utilizar. Entonces, las autoridades del Club decidieron jugar el partido en la cancha que con el tiempo sería nuestro orgullo y que en aquel entonces no estaba terminada aún: el gigante de Arroyito, que ya tenía el alambrado perimetral y los arcos. Poco más. Ni vestuarios había …
De esa manera, el 14 de noviembre de 1926, Rosario Central vence nuevamente a Newell's, esta vez por 4 a 2, en lo que no sería un partido más: era el primero en nuestra nueva cancha
El diario La Capital del 14 de noviembre titulaba «ROSA­RIO CENTRAL, SOSTENDRÁ, EN SU NUEVO FIELD, UN MATCH CON NEWELL'S OLD BOYS» y comentaba que «con el match a celebrarse hoy, la representación nombrada en primer término, dará por inaugurada su cancha situada en Sorrento, en el ángulo que forman las calles avenida Central (hoy Genova) y 31 (hoy Cordiviola). Se trata de un amplio campo de deportes, al que se le ha dotado de toda clase de como­didades para la concurrencia de público, que sin mayores moles­tias podrá presenciar el encuentro que se celebre en el mismo» (19). También informaba que ese día reaparecería Octavio Díaz, después de su exitosa participación con la Selección Nacional en el Campeonato Sudamericano de Chile. Ese día también se inauguraba, a las 9 de la mañana, el Jardín de Niños en el Campo de Deportes ubicado en Av. Central y Bulevar Avellaneda, com­puesto por «diversos aparatos de entretenimientos para la infancia.  «Una de las obras más importantes es el Jardín de Niños, que por entonces es el primero entre sus similares en la provincia. Su inauguración significó todo un suceso; concurrieron cientos de familias y más de 2.000 niños. Dichas instalaciones eran para los hijos de asociados y también para todos los niños del barrio» (20).
El 15 de noviembre, lunes, La Capital titula «EN SU MATCH CON NEWELL'S OLD BOYS, ROSARIO CEN­TRAL ALCANZÓ UN MERECIDO TRIUNFO». Dice la cró­nica que «fue tanta la cantidad de público que las autoridades de la entidad local, se vieron en la necesidad de suspender la venta de entradas, quedando incluso gente sin poder entrar al field» (21), habiéndose recaudado la suma de $ 2.515. Rosario Central formó ese histórico día con Octavio Díaz; Florencio Sarasibar y De Cicco; Félix Sarasibar, Fioroni y Fajardo; Macías, Ongaro, Bertey, Coirini e Indaco. El arbitro fue Angel Gamez. «Alas 17 horas inició el juego Bertey, haciendo un pase a Coirini que fue despojado por Vila». A los 10 minutos Central perdía. 2 a 0, pero a los 15' descontó de penal Sarasibar —quien fue, a la postre, el autor del primer gol canalla en su nueva cancha—, empató Castagno en contra a los 24' y a los 25' Bertey anotó el 3 a 2. El mismo Bertey, a los 6 del segundo tiempo, puso el 4 a 2 definitivo. La Capital de ese día publicó, en un gesto que lo caracteriza, la foto del segundo gol de Newel’s...
El partido, entonces, se jugó. Pero, ¿en qué andaban las obras?, ¿cómo estaba la cancha?

«La memoria del año siguiente —1926— indicaría que todas las obras fueron ejecutadas por administración, habiéndose logrado con ello importantes economías que —dice— si no fueron apreciables en todos los casos repre­sentaron un aporte al caudal social. Es que —agregamos nosotros— cada peso en aquellos años tenía un valor fun­damental. De allí que entre esas pequeñas economías y la ayuda personal de socios y simpatizantes, el estadio fue teniendo poco a poco su campo de juego sembrado y sus tribunas se fueron levantando lenta pero inexorablemen­te, lo mismo que las instalaciones sanitarias y demás» (22).
Un plan financiero cuidadosamente elaborado en 1926 y la colocación de un empréstito interno, permitió que en 1927 se encarara en firme la construcción de la obra, que es encargada a la empresa «de los señores Ferrarese Hnos y Cia., de esta plaza comercial, cuya seriedad y profesionalidad avalaban la erección de edificios tales como el Palacio Fuentes, el Banco de la Nación Argentina, sucursal Arroyito, compañías de seguros y demás. El contrato fue firmado por un monto total de $ 46.955» (23). Ello después de que, el 1o de diciembre de 1927, el Intendente Isaías Coronado firmara el decreto n° 277 que otorgaba a Central los terrenos del Barrio de Arroyito por un plazo de 20 años.
Es dable recordar que el presidente canalla, entre 1923 y 1931, era nada más y nada menos que don Federico J. Flynn, quien ejercía la segunda —y extraordinaria— presidencia de las cuatro que le concedió la historia.

Fuente: Bibliografia del Libro “ El Gigante de Arroyito – La Verdadera historia Autor Fabián Bazán Editorial Cultura Canaya – Año 2009