miércoles, 16 de septiembre de 2015

1925-1926 EL CLUB BOLSA DE COMERCIO. LA INDEPENDENCIA



   Durante estos dos años Rosario Central juega de local en la cancha que le alquila al Club Bolsa de Comercio,  en la manzana ubicada entre las calles Ovidio Lagos, Zeballos, 9 de julio y Callao.
 Pero para aquellos pioneros no parecía ser eso lo más impor­tante en aquel momento, sino la independencia: «Largo tiem­po estuvo Rosario Central bajo tutela. La empresa del ferroca­rril ejercía influencia directa sobre la institución. Sus altos emple­ados eran sus dirigentes. Sus asociados no podían ser otros que obreros y empleados del F. C. Central Argentino» (16).
Por eso, «el 1o de agosto de 1925 hay una Asamblea General en el Club. La presidencia informa que en la última reunión lle­vada a cabo entre altos jefes del F. C. se habló de fundar otro Club . a base de Rosario Central, oficializado por la Empresa, pero tal vez sin cambiarle el nombre y, además, que se sabía que para antes de fin de año la Empresa pediría a todos los clubes que ocupaban terrenos suyos, incluso el nuestro, que se los desocu­paran. Pide la palabra el Sr. Poy y manifiesta que Rosario Central es uno de los clubes más viejos de la ciudad, pero no ha progre­sado más a causa de verse siempre ligado a la Empresa, y que debe optarse por conseguir un terreno propio, liberándose defi- nitivamente de aquella tutela, máxime teniendo en cuenta que hace más de cinco años que se trata de oficializar nuestro Club por parte de la Empresa. El Sr. I. R Rota dice que cree compren­der por lo expuesto por la Presidencia que el Club tiende a des­aparecer y que, teniendo en cuenta que gran parte de los socios más viejos se hallan presentes, mejor sería no seguir tratando el asunto, pues considera que si se oficializara el Club, los socios estarían subyugados a los jefes y capataces de la Empresa y de tal manera quedarían oprimidas las ideas de los socios, que el Club antes de fusionarse con la Empresa debería disolverse, como lo hizo Alumni cuando creyó terminada su misión (aplau­sos), se entraría a formar parte de otro Club con nuestro capi­tal y premios y que así quedarían en el olvido todos los triunfos conquistados. Que vería con agrado que la C.D. tratara de lla­mar a la mayor cantidad posible de socios para tratar en otra Asamblea la cuestión.
La Presidencia manifiesta que, por no haberse recibido noti­ficación directa de la Empresa, sería prudente esperar un poco para tomar medidas concretas, pero que cree sumamente impor­tante que de inmediato se tomen medidas para conseguir un terreno para campo deportivo del Club, que de ninguna mane­ra se debe pensar en disolver la institución; que teniendo el terre­no, según sean las propuestas de la Empresa, se estaría en con­diciones de aceptarlas o rechazarlas. Habla otra vez el Sr. Rota y dice: que aquella es una de las mejores iniciativas que se pue­den tomar en previsión, y que la C.D. podría hacer suya la mani­festación del Sr. Presidente, que se busque un terreno, etcétera.
De inmediato se colocan avisos en los diarios solicitando terreno para el Club. Se hace otra reunión el día 3, y allí el Sr. Flynn informa que ha vuelto a ser invitado a otra reunión de jefes y que, aunque no se nombró a Rosario Central, cree él que se creará otro club, que ha de tener sede en el pueblo de Pérez y contará con todo el apoyo de la Empresa, pero ha de ser abso­lutamente un club ferroviario. El 10 de octubre hay otra Asamblea y la Presidencia informa haber recibido con fecha 7 de setiembre pp. una nota del nuevo club, llamado 'Deportivo Central Argentino', invitando a todos los socios para asociarse declarando hacerlo extensivo a los socios no empleados de la Empresa también, pero sin voz ni voto en las Asambleas.
   La Asamblea decide contestar correctamente la nota recibida donde se agradece la invitación, pero que este Club no tiene i en asociarse colectivamente y que podrán hacerlo los que así lo deseen, ya que los reglamentos de nuestro Club prohiben...
  El Sr. Sparpa pide un aplauso para Rosario Central, ¡pues entiende que desde ese instante el Club queda libre para siempre de extrañas tutelas!... La Asamblea de pie aplaude unánimente.
  La Asamblea, por moción de la Presidencia, nombra una Comisión de Finanzas para que de inmediato se aboque a la tarea de conseguir un terreno apropiado y así poder seguir adelante con los destinos de la institución. Dicha Comisión queda formada con los Sres. A Ré, A Rossi, J. Casagrande, D. Brangieri, • Fuggini, F. J. Flynn y M. Morales, con la Presidencia del Sr. Flynn. Se nombra una Comisión para la reforma de Estatutos, lt que cuenta con los Sres. J. Silva, V. B. Pisso, A. Pergolis y la Presidencia.
Se corre la voz entre la masa asociada de lo que acontece y en todo Rosario hay una verdadera convulsión. De inmediato se produce un hecho que es maravilloso para la historia de la enti­dad, infinidad de personas vienen a asociarse al Club, adhirién­dose así a la hora de libertad definitiva que disfruta Rosario Central!» (17).
Pongámosle cifras a esta afirmación: «En el año 1918 los socios apenas si llegaban a 182 y el capital oscilaba en los seis mil pesos. En 1926 los asociados sumaron la cantidad de 1.700 con un capital de 47.000 pesos. Tres años más tarde se triplica­ba el número de socios y el capital ascendió a 73.000 pesos. Apenas lograda la autonomía, el club fue organizado en su carác­ter de sociedad civil y el gobierno de la provincia le acordó la personería jurídica (18).
El 28 noviembre 1925 sucede un nuevo acontecimiento de importancia histórica: ante la imposibilidad económica de com­prar el terreno adecuado —que había sido el mandato de la Asamblea—, y por iniciativa del socio Rossi, quien además rea­lizó las gestiones, la Municipalidad le cede al Club Atlético Rosario Central por 20 años los terrenos de B. Avellaneda, Calle 31 (Cordiviola), Av. Central (hoy Genova) y el río Paraná, donde se comienza a construirla cancha. Las gestiones de Rossi contaron con el apoyo del Ministro de Hacienda de la provin­cia, Dr. Félix Roca, el intendente de la ciudad, Dr. Manuel Pignetto y una larga lista de concejales, entre los que debemos mencionar a Casas Duchenois, Bollero, Garavano, Nirich, Stoisa, Morcillo, Caramutti y Cepeda.

Datos:
16- Revista del Cincuentenario, op cit.
17- Revista Bodas de Brillante,  op. cit.
18- Revista del Cincuentenario. op. cit

Fuente: Bibliografia del Libro “ El Gigante de Arroyito – La Verdadera historia Autor Fabián Bazán Editorial Cultura Canaya – Año 2009