lunes, 8 de junio de 2015

Alvear en Rosario



La urbe festeja en octubre de 1925, durante diez días, el segun­do centenario de su fundación, establecido en forma arbitraria, rúes en Rosario, como es sabido, no se procedió a la instalación de la ciudad, según ocurrió con mu­chas otras que se alzaron durante el período hispánico. Se honra entonces a un tal Francisco Go-dov, cuya existencia real no ha podido ser documentada, quien, según el primer cronista de Rosa­rio, Pedro Tuella, habría llegado en 1725  al frente de un grupo de indios calchaquíes.
El cuatro de ese mes llega a nuestra ciudad el  presidente Mar­celo T. de Alvear. La urbe se viste de gala para recibir al ilustre el tren en la estación Rosario Central.
Un grueso cordón de personas se extiende por las calle Córdoba entre Buenos Aires y Corrientes, y por esta última hasta Wheelwright, aguardando el paso de la comitiva presidencial. Al llegar a la estación, Alvear y su esposa —Regina Pacini, quien fuera una brillante soprano— son recibidos con todos los honores por el gober­nador Ricardo Aldao y el intendente Manuel Pignetto, mientras la Banda de Música de la Policía ejecuta la marcha presidencial.
Al salir de la terminal ferro­viaria, Alvear manifiesta su inten­ción de desplazarse a pie, con objeto de estar más en contacto con la fervorosa muchedumbre, la que no deja de expresar su cariño al primer mandatario y su esposa. La caravana oficial parte por Co­rrientes y luego toma Córdoba; desde allí continúa hasta 1" de Mayo, donde se encuentra el Pala­cio Vasallo Quintana, lugar en el que se hospedará Alvear.
Desde allí, a pedido de la gente congregada en la puerta, pronuncia breves palabras de agra­decimiento por "invitarme Rosa­rio a participar de los actos del Segundo Centenario de su funda­ción".
"Rosario es un orgullo para toda la Argentina", dice el presi­dente con evidente emoción, y agrega: "Amigos, llevo el corazón puesto en esta ciudad", lo que arranca una ovación de la multi­tud.
En tanto, como parte de los agasajos al visitante, el goberna­dor Aldao organiza un almuerzo en los altos de la Jefatura Política, del que participan ciento sesenta comensales. Por la noche el presi­dente y su esposa asisten en el teatro Opera a la interpretación del poema "Raquel", por Alcira Bonazzola.

Fuente: Extraído de la Revista del diario “La Capital”  de los 125 años  de 1992