viernes, 20 de abril de 2012

LA HISTORIA DE UN "COLADO" QUE / NO ERA TAL.. ANECDOTARIO


En su tremenda ignorancia en las cosas de fútbol (y de otras muchas, por cierto), siempre supo este cronista que don Julio Libonatti fue una de las glorias máximas del fútbol rosarino. con neto color rojinegro. Así es que la noche en que se hallaba compartiendo una mesa con glorias centralistas como José Casalini, Juan Cagnotti, Luis Indaco y Harry Hayes (h), saludó respetuosamente la presencia, de don Julio y ya estaba decidido a pedirle que "sacara la cara" de la fotografía cuando se encontró con una "perla" que muy pocos conocen.
Den Julio Libonatti —gloria ñulista— fue jugador de Rosario Central.
—-¡Y me echaron por moroso!, acota picarescamente don Julio. Un poco en broma y un poco en serio, ayudado por Indaco, recompusieron la "verdad histórica" del paso de Julio Libonatti por Rosario Central.
Corría el año 1916 y Libonatti, tras haber jugado en la quinta de Belgrano el año anterior, se fue a Rosario Central, integró la cuarta "B", que llegó al final del campeonato sin poder aspirar al título para el que había dos candidatos: la cuarta "A" auriazul y Tiro Federal. La cuarta "A" llevaba un punto de ventaja sobre los tirolenses, aquellos debían jugar contra el otro elenco centralista y Tiro Federal contra un rival muy débil. El delegado les pidió a Libonatti y sus compañeros que no hicieron fuerza en el partido para no posibilitar que Tiro fuera campeón en des­medro de un cuadro centralista. La ofensa fue mayúscula v don Julio y los restantes jugadores se juramentaron para ganar aquel encuentro. No pudieron darse el gusto porque el delegado pasó una nota informando que la "B" había cedido tos puntos a la "A" que de esa forma se consagró campeón. Se armó un revuelo tremendo como consecuencia del cual, ¡Libonatti y otros tres compañeros fueron expulsados por morosos!
Ocurrió que para jugar había que ser socio del club. Y ia cuota de los jugadores, como compensación a su condición de futbolista, era absorbida por la propia entidad. Se "olvidaron" de poner el sello de pagado en,'el casillero de Julio Libonatti, quien debió irse en busca de nuevos rumbos para su destino futbolístico. Recaló en Newell's y no pocos, en aquella época, habrán maldecido el pésimo negocio de aquel delegado "tramposo".


Fuente: Bibliografía de Historia de Rosario Central de autor Andrés Bossio