jueves, 10 de junio de 2010
Los Primeros Alemanes Radicados en Rosario
por Jorge Beck.
El primer alemán que aparece registrado en Rosario es Juan Enrique Amelong, quien figura en el segundo empadronamiento de habitantes de Rosario. Aparecen también en ese registro varios italianos. Por entonces Rosario aún no observaba una gran afluencia de extranjeros, que se registrará a partir de los años subsiguientes.
Amelong llegó a nuestra ciudad desde Buenos Aires, en donde fue el primer importador de pianos alemanes. Allí también se desempeñó como profesor de piano, dando lecciones a Manuelita Rozas, la hija del célebre dictador porteño. Una fotografía de Amelong, a los 85 años y con un aspecto muy saludable, aparece en una publicación rosarina de 1933 (editada por la Editorial Mazza). Allí se informa que "sus nietos y bisnietos figuran hoy en nuestro mundo social y comercial".
Pocos años después, en 1855, se radicaron en Rosario Herman Schlieper, Wöltje Tietjen, Mauricio Hertz, Martín H. Windels y J. Spangenberg. Todos ellos llegaron con capitales importantes. Schlieper, por ejemplo, trajo 900.000 marcos oro, dedicándose a negocios comerciales e industriales. La firma Schlieper y Cía. fue fundada por el citado inmigrante en 1871. Fruto de la inmigración alemana a Rosario no sólo han sido numerosos los establecimientos de índole económica sino también iniciativas culturales, como por ejemplo el Colegio Alemán, que ya funcionaba en 1896, siendo una de las escuelas más antiguas de nuestra ciudad.