viernes, 4 de junio de 2010

LA HISTORIA COTIDIANA: LOS AMBITOS DEL INTERCAMBIO COMERCIAL- Los Mercados de Rosario


Por Lorena Ratner*

A lo largo de los años, el comercio ennuestra ciudad ha ido variando en su forma. Desde los vendedores ambulantes, los mercados, ferias, almacenes, supermercados, hasta los shoppings de
hoy, las formas de intercambio comercial han sido, y son el reflejo de una forma particular de sociedad. De todos estos modos de comercio, el que trataremos, es uno ya extinto hoy en nuestra
ciudad, pero que en muchas ciudades del mundo todavía permanece intacto:el mercado.
Situados en diversas zonas de Rosario, existieron desde mediados del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX estos espacios dedicados a la venta de la más heterogénea clase de artículos.
Si bien algunos son más conocidos que otros, su existencia y trayectoria se puede rastrear a partir de los documentos escritos y orales y de las escasas fotografías que existen de algunos de ellos. En este caso en particular el recurso de la imagen fotográfica como documento históricó y social, ayuda a
develar cómo acontecía el desarrollo del comercio en una ciudad en pleno crecimiento y expansión.
Aunque uno de los más conocidos y estudiados fue el Mercado Sud, luego Central, no fue el único ni el más importante. junto a él coexistieron y se sucedieron otros tantos mercados,
cada uno generando a su alrededor un paisaje único y un mosaico particular de personajes relacionados con este ámbito.
Hasta la década de 1850, la ciudad de Rosario no contaba con ningún mercado, fue en el año 1855 en que el Poder Ejecutivo de la Provincia llamó a licitación para construir un mercado público de abasto en el terreno compíendido entre las calles San Luis, Puerto (San Martín), San Juan y Libertad
(Sarmiento).
El acontecimiento fue percibido por los rosarinos como un gran progreso para la ciudad, ya que significó la respuesta un reclamo que se venía dando desde hacia y a bastante tiempo.
Los cimientos del Mercado Sud se abrieron en octubre de 1856. La construcción de1 edificio se hizo de ladrillos, lo mismo que el piso. Los techos de baldosas; las galerías sostenidas por columnas de hierro; las veredas exteriores de piedra labrada y las entradas pavimentadas y con portones de hierro.
E1 edificio tenia 25 varas por cada uno de sus cuatro frentes y en el patio central se encontraba un aljibe con capacidad de 200 pipas de agua. En cada uno de sus cuatro frentes de igual arquitectura existía un portón en el centro y cinco locales a cada costado con puertas y ventanas al exterior, ocupados por cafés, bodegones, casas de billares y almacenes; en el interior funcionaban los puestos de venta de alimentos perecederos bajo amplios aleros.
El 7 de junio del año 1857 se inauguró el flamante mercado con un gran banquete el que hubo brindis alusivos, se jugó a la sortija y se repartió al pueblo carne con cuero.
Por la noche hubo un baile en el teatro Esperanza. que para ese entonces aún no estaba concluido, pero que se preparó y adornó para la ocasión.
El surgimiento de este tipo de conglomerados comerciales dio lugar a la sanción de diversas normas y reglamentos para 1a convivencia y la higiene dentro de estos recintos.
En el reglamento para el funcionamiento de los mercados (ordenanza no 3 del 23 de marzo de 1863), por ejemplo, la Municipalidad disponía nombrar para cada mercado un comisario con el nú
mero de empleados subalternos que considerara suficiente para atender el orden, aseo y demás necesidades policiales. Los comisarios se dedicaban a dirimirr diariamente las cuestiones sus-
citadas entre abastecedores y compradores, imponían multas a los abastecedores que falseaban el peso o medida de los artículos, vigilaban la calidad de 1os productos puestos en venta, el orden público y que no se virtieran palabras inmorales, penando con sendas multas a aquellos que lo hicieran.
Dentro de los mercados estaba prohibida la venta de bebidas alcohólicas. Asimismo estaba reglamentada la cuestión de la limpieza de los puestos, para dar comienzo a la mistna se tocaba una campana y en el acto, todos los inquilinos de cuartos y puestos se dedicaban a barrerlos y asearlos, y se depositaba la basura en un cajón que cada uno tenía a tal efecto, para ser
entregados al hacerse la limpieza; ésta corría a cargo de dos o más carros, losque concurrían al mismo tiempo a levantar las tierra y basura que se amontonaba.
El Mercado Sud siguió funcionando hasta principios del siglo XX, cuando por falta de condiciones edilicias, en 1903 bajo la intendencia de don Luis Lamas, se autoriza su reconstrucción. La misma se realiza en forma paralela al funcionamiento del primitivo mercado, que luego es totalmente demolido. Así es como üna vez finalizada La obra queda inaugurado oficialmente al año siguiente un nuevo mercado denominado Central.
El nuevo edificio tenía 13 metros de frente a la calle San Martín y a la cortada Riva y 64 m. a las calles San Luis y San Juan. Además de funcionar como local comercial, fue la sede de instituciones
culturales como el Ateneo Popular Rosario y la Biblioteca Popular, las cuales poseían locales para el desempeño de sus tareas, en el piso superior se en- contraba la Escuela de Danzas dirigida
por Ernesto Larrechea.
Luego de 57 años de continuo funcionamiento, bajo la intendencia del señor Luis Carballo el Mercado Central es demolido por considerarse que no reunía las condiciones necesarias, ni
desde el punto de vista edilicio ni por su ubicación en la ciudad. Su lugar lo ocuparían la plaza Pinasco y el Centro Cultural Bernardino Rivadavia.
Ubicado en el barrio Las Malvinas, todavia pemanece en pie el edificio que fuera construido para albergar el mercado "El Porvenir", en las calles Avellaneda y French. El 4 de octubre
de 1910 la Municipalidad le otorgó permiso al señor Fasce para el establecimiento de un mercado de consumo que cumpliría la función de abastecer a un amplio sector de la población que
se encontraba en una zona alejada de los otros me¡cados existentes hasta ese
momento. El local ocupaba un cuarto de manzana y estaba construido a partir de un amplio galpón estructurado sobre columnas de hierro fundido. el techo era de chapas de zinc y vidrio, y tenía
tres entradas principales, dos de servicio; además de los locales de venta a la calle.
Otro mercado que se destacó en nuestra ciudad fue el Mercado Norte. Fue inaugurado el l de octubre de 1876, en la calle Mitre entre Tucumán y Pasaje Zabala y fue habilitado para cum-
plir la función de Mercado de Abasto. Gran parte de la fruta y verdura consumida por la ciudad era descargada, amontonada, distribuida y vendida por este mercado, qlle en comparación
con los otros era bastante pequeño y no muy higiénico
La gran afluencia de carros cargados de mercaderías. animales. sumado a 1os vendedores ambulantes que iban en busca de la provisión diaria, ocasionaban una enorme congestión, obstru-
yendo el tránsito y generando un gran bullicio. lo que dio ltrgar a inrtLrmera-
bles protestas por parte de 1os vecinos.
Hacia el año 1881 se realizaron dirersas reformas para mejorar la sanidad del local. Se blanqueó su parte exterior e interior. como también se realizo la limpieza de sus letrinas.y se hicieron compostura de sus techos y piso Asimismo se cambiaron algunos árboles que se encontraban alrededor del establecimiento brindando al edificio un mejor estado de aseo comodidad y ventilación.
Para el año 1979 la Municipalidad decreta el cierre definitivo del establecimiento, argumentando que el mercado ya no cumplía con su función primitiva que era la de proveer al consumidor
con productos de menor precio que los de 1os negocios aledaños. Además de este motivo. un problema que generaba el mercado era lala enorme congestión vehicular que se daba en el lugar en
los momentos de carga y descarga de mercaderías. A pesar de las protestas de los puesteros, el Mercado Norte es cerrado, y demolido al año siguiente. En su lugar se instalará la Plaza de 1a Cooperación.
Sin dudas, el Mercado de Abasto. ubicado en la manzana limitada por las calles Mitre, Sarmiento, Pasco e Ituzaingó fue uno de los más singulares para su época, ya que además de cumplir con su función específica y dar empleo a rnuchísitnos comerciantes, generó en sus alrededores una se-
rie de bares y restaurantes a los cuales no sólo acudía la gente que circundaba la zona, sino que se acercaba gente de otros puntos de la ciudad por los bajos precios que éstos ofrecían.
El Mercado de Abasto surgió como necesidad propia dcl ;rceirricnto acelerado de la población y el aumento de la urbanización que se dio en nuestra ciudad durante las primeras décadas del siglo XX. Asimismo existía una necesidad por parte de la Municipalidad de centralizar el abastecimiento
de productos y suplir 1as carencias de los otros mercados eristentes hasta ese entonces. Asi. en septiembre de 1918 quedó formalmente habilitado e1 mercado, que cubría una superificie total de 8000 metros cuadrados.El frente principal daba a la calle Mitre. Sólo contaba con una planta, con locales minoristas a la calle y los puestos mayoristas en su interior.
A pesar de tratarse de una construción nueva, rápidamente comenzaron los inconvenientes. En primer lugar las condiciones edilicias resultaron inadecuadas, ya que el espacio del predio
resultaba insuficiente para los locales que contenía. sumado a esto el establecimiento del mercado suscitó un movimiento mercantil no previsto, con una afluencia de púrblico, que no só1o estaba constituido por los comprado-mayoristas que tenían negocios en 1a ciudad. sino que también se le sumaba el mor imiento de productores que venían a realizar sus encargos desde las afueras de Rosario.
E1 segundo problema tuvo que ver más con una cuestión de urbanización; el radio céntrico se iba ampliando a medida que se rncrementaba el crecimiento poblacional. sobretodo hacia el sur,
1o que cambió totalmente el paisaje que existía en un principio en la zonai la manzana donde se ubicaba el mercado estaba aiejada de1 conglomerado urbano. pero Ia demanda de nuevas viviendas para dar cabida a los irrmigrantes había erpandido 1a zona centrica hacia este sector.
Un intento se salvar estos problemas fue la ampliación del edificio, reordenando los puestos de venta minorista cambiando las aberturas por otras más anchas, a fin de mejorar los accesos a
tráfico automotor, cadavez más intenso y con vehículos de mayor tamaño.
Sin embargo, el servicio que brindaba el mercado no se modificó, lo que dio lugar a un intenso debate en el Conce.jo Deliberante para definir cuál sería la suerte de este mercado. Para ello constityo una comisión formada por instituciones locales y de Capital Federal que trataría
el tema en detalle
Finalmente se decidió que el mercado no podía seguir amplándose ni funcionar en ese predio, por lo que se llamó a licitación para la adquisición de terrenos, destinados a la construcción de
un nuevo Mercado de Abasto. Fue así que se compró e1 predio ubicado entre las calles San Nicolás. 27 de Febrero, Castellanos y Vías del F.C. Belgrano en el que posteriormente se cpnstruyó el edificio del mercado Cooperativo de Productores.
De esta manera. se pone hn al conflicto. primeramente rnhabilitado para luego se demolido. El espacio fue destinado uso público, donde años más tarde se construiría Ia Plaza Libertad.
Ubicado en la lxanzana comprendida entre las calles Jujuy, Brown, Alvear Oroño se encontraba e1 Mercado Modelo. La concesión para ser construido y explotado se acordó con Adofo Pless
Candler en mayo de 1887. Su apertura coincidió con la dotación de agua para la ciudad, por 1o que la empresa que llevó a cabo tuvo que hacer llegar cañerías hasta el local por ser obligación
otorgar a este tipo de establecimientc los adelantos necesarios para cumplir con las normas de sanidad vigente para esa época.
En el año 1960 fue cambiado su nombre por el de "Mercado Oroño" para evitar conlusiones con la "Feria Mode1o" que ese año se instaló en la esquina de las calles Corrientes y Rioja. El mercado funcionó hasta 1916, año en que se demolió el frente de dos plantas que tenía sobre la calle Alvear y se modificó el de la calle Jujuy, permaneciendo sin variantes pero clausurado el acceso por bulevar Oroño, que era su entrada principal. Al cerrar sus puertas sus puesteros fueron reubicados en
la zona, en negocios individuales. El edificio original aún permanece en pie, aunque con algunas modificaciones en su fachada. En la planta baja funcionan locales comerciales y una cochera.
Por último, situado en la esquina NO de las calles Mendoza y 1' de Mayo, estaba el Mercado General Urquiza. Este mercado tuvo origen en la ordenanza municipal del 11 de enero de
1895 que dispuso su construcción en el solar antes ocupado por la Maestranza Municipal, con el propósito de trasladar allí los puestos de venta que existían en varios pabellones entonces
situados en las dos plazoletas existentes a ambos lados del Mercado Sud.
En sus comienzos contaba con 35 puestos distribuidos en varios pabellones construidos de hierro y madera. Estaba rodeado de una pared coronada con una alta verja de hierro. El ingreso se realizaba a través de dos amplios portones de hierro que daban
acceso por las calles Mendozay l" de Mayo. La construcción se realizó en un lapso muy corto de tiempo, y el 2 de septiembre de 1895, un día antes de su inauguración, el intendente provisorio, Eudoro Díaz, dispuso el sorteo de los puestos, ya que las solicitudes superaban el número de los puestos habilitados. Al año siguiente, para proteger al público del sol y de la lluvia se construyeron galerías y se colocaron persianas en los pabellones. El mercado funcionó por espacio de 76
años sin modificar su estructura. Fue desarmado en 1971 y en su lugar se construyó en 1982 laplazoleta Florencio Sánchez.
¿Por qué dejaron de existir los mercados? Es una pregunta difícil del responder, aunque podríamos decir que las causas dei cierre de muchos de ellos se debieron al propio desarrollo y expansión de la ciudad hacia los radios periféricos del área central. Asimismo, la evolución de los medios de trans-
porte, primero con la aparición de los tranvías eléctricos, y más entrado el siglo XX con los ómnibus y los automóviles, sumado a la ubicación geográfica de los mercados generaba, en casi
todos los casos, un caos vehicular.
Otra de las razones de la extinción de este tipo de recintos fue, sin dudas, la falta de condiciones de higiene que presentaban estas estructuras edilicias. que. pensadas en un principio. para una cantidad de puestos y tipos de mercaderías, con el tiempo se iban ampliando, colmándose de nuevos
puestos, generando un movimiento de gente cada vez mayor. Recordemos, además, que estos mercados tenían en su exterior letrinas públicas que, aunque algunas eran regularmente limpiadas, también se convertían en un foco infeccioso para la población.
A pesar de su desaparición, estos mercados funcionaron durante un período importante de la historia de nuestra ciudad, brindando trabajo. en su mayoría a inmigrantes europeos, mayormente provenientes de Italia y España, que venían a Rosario en busca de un futuro próspero. Si bien el predio que ocuparon la mayor parte de estos mercados fue destinado a la construcción de plazas o plazoletas, todavía es posible rescatarlos para la memoria colectiva a través de los documentos foto-
gráficos, que han registrado gran parte de la fisonomía urbana que hoy ya no permanece en pie.


*Licenciada Escuela Superior de Museología. Secretaría de Culturay Educación. Municipalidad de Rosario.


Bibliografía:

"El Mercado, testigo del pasado" en Revista Historia de Rosario N" 1 Año 1. Municipalidad de Rosario. Editorial Amalevi. 1981.
Guevara, Carlos. "El extinguido Mercado Sud". En: Revista Cinema. 25 de marzo de 1933.
Garrofé, Miguel. El viejo Mercado de Abasto. En: Conocer y cuidar la ciudad en que vivimos. Municipalidad de Rosario. Secretaría de Planeamiento. Programa Municipal de Preservación
del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico. Rosario. 1997.
Memoria del Concejo Ejecutor Municipal presentada al Concejo Deliberante en diciembre de 1881. Rosario. 1882.
Memoria presentada al Honorable Concejo Deliberante por el intendente municipal Luis Lamas. Del 15 de febrero de 1898 al 15 de febrero de 1901.
Imprenta La Capital. Rosario. 1901.
Censo de Rosario 1902.
Censo histórico comercial, social e industrial. 2o Centenario de la ciudad de Rosario. Ernesto Brancucci y Cía. Editores. 1725-1925.
Pliego de condiciones parala construcción del Mercado Sud. Municipalidad de Rosario. Ferrazinni y Tamburini. 1903.
Diario La Tribuna. 8 de enero de 1979.
Imágenes pertenecientes al Archivo de la Escuela Superior de Museología

Fuente: Bibliografía Rosario sy Historia y Región Nº 81 Diciembre de 2009