miércoles, 23 de junio de 2010

1889 -1894 Los portones 3y 4

por Fabián Bazán

Como todos sabemos, el CentralArgentine Railways Club (rebautizado en 1903), a pedido del socio Miguel Green, como Club Atlético Rosario Central) fue fundado porun grupo de trabajadores y funcionarios del Ferrocarril en la Nochebuena de 1889. El Ferrocarril Central Argentino había iniciado sus actividades en 1863, junto a los Talleres de Rosario, inaugurados en 1886. Se daba forma, con la fundación del Club, a una tradición ya acendrada entre los propios trabajadores de la empresa de prenderse en picados dentro del ámbito de los terrenos donde laboraban. Tanto es así que en 1863 se inició la práctica de fútbol en Rosario, frente a la Parada Castellanos y/o Villa Sanguinetti, aunque no se sabe con certeza si en una cancha o en dos.
Cuenta la tradición oral que el equipo del nuevo Club tuvo su bautismo de fuego (o de juego) contra otro formado por la tripulación del buque de guerra inglés Beagle, que allá por mayo de 1890 había atracado en el muelle de Comas, en la actual Bajada Sargento Cabral. Frente a un público que no superaba las 40 personas, el primer equipo de nuestra historia lograba un ernpate en un gol en el primer partido y una notable victoria por 2 a 1 en la revancha. El lugar donde se habrían disputado los dos históricos partidos sería el actual Parque de España.
Aquel primer equipo canalla formó con F. Barton; Postelly Gamp; J. Muskett, J. Barton y King, Mc Lean, T. Muskett, Miguel Green, Mac IntockyHooper.
La primera época estuvo erizada de dificultades. Se jugaba por el deporte mismo. El juego de los “cuatro ingleses locos”se practicaba, realmente, por pura diversión. Esos obreros entusiastas después de pasar muchas horas del día entregados a la tarea que a cada cual correspondía en los talleres del ferrocarril, junto á hierros y maquinarias, necesitaban, fuera del trabajo, buscar de distracción. Rosario Central, puede decirse, abarcó desde los primeros tiempos en su zona de influencia todo el barrio norteño de la ciudad: Arroyito, Refinería,Industrial, Alberdi. En ese enorme sector, verdadero pueblo aparte de Rosario, si se nos permite, florecieron los grandes cracks de nuestro futbol. Sus figuras fueron a enriquecer elhistorial argentino con sus actuaciones internacionales
En sus primeros años,los muchachos despuntaban el vicio de pegarle a la pelota entre los portones 3y 4 delos talleres de la estación Rosario Norte (es decir, saliendo del túnel Celedonio Escalada y yendo hacia el norte, a la derecha), cerca del Pasaje Celedonio Escalada (en aquel entonces Pasaje de las cadenas), al este de lo que hoy es la rotonda Gualberto Venesia y la plaza Ing. Della Paolera, aproximadamente en el lugar en el que actualmente se levanta elAlbergue Municipal ..La “Casona”. Las gestiones para lograr que la empresa permitiera tal cosa habían sido hechas por dos ingleses que formaban parte del personal superior del Ferrocarril Central Argentino: W. O. Lucas y T. G. Russell. Alguno de los tantos vagones en desuso que se encontraban en la zona hacían las veces vestuario, secretaría y hasta de tribunas para los curiosos de la época aunilue, por supuesto, las comodidades de la cancha eran muy escasas: apenas los arcos y los banderines que marcaban los corners.
La Revista del Cincuentenario nos confirlna que ..”el f'errocarril aportó bien pronto un terrero para que se hiciera el campo de deportes.Aquellas tardes del viejo barrio Talleres hallaba a los “pioneers” del gran fútbol de ahora, que entregados a la práctica de un deporte gue, con el correr de los años, habría de alcanzar enorme arraigo y popularidad pero si bien es cierto que el campo de juego, contando con la colaboración de la empresa, significaba un aporte considerable, no salvaba ello todas las necesidades del momento.había que comprar los implementos necesarios para práctica de fútbol, que no eran pocos ( y esos) representaba un gasto apreciable, si se tiene en cuenta la carencia de un núrnero calificado de contribuyentes y lo elevado de esos artículos importados que más de una vez habrían de causar la risa de los ernpleados áduaneros''.


Fuente: Libro "El gigante de Arroyito" La verdadera histotia. Año 2009 Editorial Cultura Canaya.